Heridas emocionales de la infancia que nos marcan como adultos:
La soledad.
Es el peor enemigo de quien vivió el abandono en su infancia. Y no solo hablo de un abandono físico. Por este motivo, de adultos, estaremos siempre alertas y rechazaremos la posibilidad de hacer amistades o de enamorarnos por miedo a que nos dejen.
El rechazo.
La herida mas profunda. Nos influye y hace que tengamos un pensamiento de no ser deseado, incluso de descalificarnos a nosotros mismos. No nos sentiremos merecedores de afecto, y probablemente nos aislaremos.
La humillación.
Cuando de pequeños nos dicen que somos torpes, malos, feos, gordos, pesados, o airean nuestros problemas ante los demás (se hace pis en la cama, no sabe dormirse solo, es incapaz de atarse los zapatos...), esto destruye la autoestima infantil.
Esta herida sigue sin curarse si ya de mayores añadimos que nos desaprueban y nos critican.
Por lo tanto, demos AMOR a nuestros hijos.
Eduquemos con SENTIMIENTOS.
No tengamos "miedo" a malcriarles, les malcriamos desatendiendoles.
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