En ocasiones lo bueno llega a nosotros casi de sorpresa, pero en esos casos debemos tener los pies en la tierra, y pensar que no siempre vamos a tener la suerte de nuestro lado.
Hay que estar siempre preparado, saber aprovechar el instante es aun mas difícil, pero sobre todo hay que saber esperar, aunque a veces desesperes, porque al final lo bueno llega, y lo conseguiremos gracias a nuestro esfuerzo.
Porque esperar también tiene su arte, esperar a que llegue nuestro tren, e identificarlo, porque trenes pueden pasar muchos, y no frustrarnos porque la oportunidad no llama a tu puerta.
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